David
Berlo (1960) propuso un modelo que enfatiza cómo los atributos de los cuatro
elementos principales (fuente, mensaje, canal y receptor) afectan a la
comunicación. Este modelo de FMCR resuelve algunos de los problemas del modelo
de Shannon y Weaver.
Como Berlo
define, la fuente es la creadora del mensaje – que es algún grupo o persona con
una razón para emplear la comunicación. Este mensaje es la traducción de ideas
en un código simbólico, como es el lenguaje o los gestos; el canal es el medio
por el cual el mensaje es transmitido; y el receptor es la persona (o grupo)
que es el objetivo de la comunicación.
El modelo
de Berlo también especifica la necesidad de decodificadores y codificadores en
el proceso comunicativo. El codificador es responsable de expresar el propósito
principal en forma de mensaje. En situaciones cara a cara, la función del
codificador es realizada por los mecanismos vocales, sistemas musculares y
otros artefactos como la apariencia, vestimenta, y ambiente que produce
El modelo
de Berlo también describe algunos factores personales que podrían afectar el
proceso comunicativo. Estos elementos son las habilidades comunicadoras,
actitudes, conocimiento, sistemas sociales y ambiente cultural de tanto como la
fuente como el receptor.
Este
modelo se preocupa por la transmisión de una fuente al receptor. Las
posibilidades de retroalimentación son mínimas, y el comportamiento simultáneo
de las personas como fuentes y receptores no es cubierto adecuadamente. Falla
al no considerar la naturaleza dinámica de la comunicación. Este modelo también
tiene una utilidad limitada cuando se trata de confrontar a la comunicación en
diferentes contextos.
David K. Berlo intercala un proceso de
codificación y decodificación en el espacio comprendido entre la emisión y la
recepción del mensaje: “el codificador es el que toma las ideas de una fuente y
las elabora y ordena en un código determinado, bajo la forma de un mensaje”.
En primer
lugar, el código puede consistir en un mensaje escrito en determinado idioma o
clave, en imágenes, gestos o palabras y aun en determinado canal, que puede o
no requerir de ser decodificado por parte del receptor.
Por
mensaje se entiende la unidad, idea o concepto, que lleva en sí mismo una dosis
de información útil como enlace o unión entre el emisor y el receptor, en el
supuesto de que ambos posean el código que permita la decodificación. Asimismo,
Berlo enumera otros tres factores que destacan en el mensaje: el código, el
contenido y el tratamiento
El código
es el modo, la forma en que se estructuran en él los símbolos o mensajes,
quedando traducidos o convertidos en un lenguaje comprensible para el receptor
o el canal que lo decodificará y pondrá en otro o en el mismo código.
El
contenido se relacionara directamente con la selección de todo el material que
sea de utilidad para poder expresar un propósito o mensaje.
Por
tratamiento se entiende el modo en que el mensaje se presenta, la frecuencia
con que se emite, el énfasis que se le da y su intención.
El
complemento de todo acto de comunicación, y además su razón de ser, es el
receptor. De hecho, la mayoría de los mensajes son concebidos y emitidos de
acuerdo con la imagen o concepto que se tiene del receptor. Este, a su vez
recibe mensajes de acuerdo con la imagen o concepto que tiene el emisor o que
se forma a partir del mensaje mismo.
El
receptor decodifica el mensaje. Sus actitudes y su nivel académico y social,
influirán en la interpretación que dé a éstos. Reiteremos: el emisor y el
receptor son los elementos más importantes en el acto de comunicación.
El
proceso de la comunicación. Por David K. Berlo
Existiendo
un propósito para la comunicación y una respuesta por producirse, el
comunicador desea que su comunicación tenga alta fidelidad. La palabra
fidelidad es empleada aquí en el sentido de que el comunicador ha de lograr lo
que desea. Un codificador de alta fidelidad es aquel que expresa en forma
perfecta el significado de la fuente. Un decodificador de códigos de alta
fidelidad es aquel que interpreta el mensaje con una precisión absoluta. Al
analizar la comunicación nos interesa determinar lo que aumenta o reduce la
fidelidad del proceso.
Shannon y
Weaver al hablar de la fidelidad de la comunicación electrónica, introdujeron
el concepto de ruido. Ellos definen los ruidos como factores que distorsionan
la calidad de una señal.
Ruido y
fidelidad son dos aspectos distintos de una misma cosa, la eliminación del
ruido aumenta la fidelidad; la producción del ruido la reduce.
El
programa básico relacionado con el ruido y la fidelidad es la posibilidad de
aislar esos factores dentro de cada uno de los componentes de la comunicación,
factores que son los que determinan la efectividad de ésta.
Hemos
enumerado seis elementos básicos de la comunicación: fuente, codificador,
mensaje, canal, decodificador y receptor. Cuando nos referimos a una
comunicación de persona a persona, la fuente y el codificador pueden ser
agrupados, como pueden serlo asimismo el receptor y el decodificador. En esta
versión truncada del modelo, la fuente codifica un mensaje y lo coloca en el
canal, de manera que pueda ser decodificado por el receptor. ¿Cuáles son en la fuente,
el receptor, el mensaje y el canal los factores determinantes de la efectividad
de la comunicación, de la fidelidad del proceso?
La fuente-codificador
Una fuente
de comunicación, después de determinar la forma en que desea afectar a su
receptor, codifica un mensaje destinado a producir la respuesta esperada.
Existen, por lo menos, cuatro distintas clases de factores dentro de la fuente
que pueden aumentar la fidelidad. Estos factores son: a) sus habilidades
comunicativas; b) sus actitudes; c) su nivel de conocimiento, d) y la posición
que ocupa dentro de un determinado sistema socio-cultural.
Habilidades en la comunicación. Existen
cinco habilidades verbales en la comunicación. Dos de estas son codificadoras:
hablar y escribir. Dos son habilidades decodificadoras: leer y escuchar. La
quinta es crucial, tanto para codificar como para decodificar: la reflexión o
el pensamiento. Este último no solo es esencial para la codificación, sino que
se haya implícito en el propósito mismo.
La
facilidad lingüística de una fuente de comunicación es un factor importante en
este proceso. Nuestras deficiencias en la habilidad de la comunicación limitan
las ideas de que disponemos y también nuestra habilidad para manipular estas
ideas, para pensar.
Las
actitudes. El segundo factor lo constituyen las actitudes de la fuente de
comunicación. Las actitudes de ésta afectan las formas en que se comunica. ¿En
qué forma influyen en la comunicación las actitudes de la fuente?
- Actitud hacia sí mismo.
- Actitud hacia el tema que se trata.
- Actitud hacia el receptor.
Nivel de
conocimiento. No se puede comunicar lo que no se sabe; no se puede comunicar,
con el máximo de contenido de efectividad, un material que uno no entiende.
La
conducta de la fuente en la comunicación es afectada por el grado de
conocimiento que tiene sobre sus propias actitudes, por las características de
su receptor, por las distintas formas en que puede emitir o tratar los
mensajes, por los distintos tipos de elección, que puede hacer con respecto a
los canales de la comunicación, etcétera. El conocimiento sobre la comunicación
afecta la conducta de comunicación.
Sistema
socio-cultural. La gente no se comunica
igual cuando pertenece a clases sociales diferentes, y quienes poseen distintos
antecedentes culturales tampoco se comunican de la misma manera. Los sistemas
sociales y culturales determinan en parte la elección de las palabras que la
gente usa, los propósitos que tiene para comunicarse, el significado que se da
a ciertos vocablos, su elección de receptores, los canales que utiliza para uno
u otro tipo de mensaje, etcétera.
El
decodificador-receptor
Podemos
hablar del decodificador en términos de sus habilidades comunicativas. Si el
receptor no posee las habilidades de escuchar, de leer y de pensar, no estará
capacitado para recibir y decodificar los mensajes que la fuente-codificador ha
transmitido.
Podemos
referirnos al receptor en términos de sus actitudes. Todo lo que hemos dicho
con respecto a las actitudes de la fuente es igualmente aplicable al receptor.
Podemos
referirnos también a este último en términos de conocimiento. Si no conoce el
código, no puede entender el mensaje.
Finalmente
podemos referirnos al receptor en términos de su cultura y su situación dentro
de un sistema social. Su propio status social afecta la manera en que recibe e
interpreta los mensajes.
El mensaje
El mensaje
es el producto físico verdadero del emisor-codificador. Cuando hablamos,
nuestro discurso es el mensaje; cuando escribimos, lo escrito; cuando pintamos,
el cuadro; finalmente, si gesticulamos, los movimientos de nuestros brazos, las
expresiones de nuestro rostro constituyen el mensaje.
En este,
hay por lo menos tres factores que deben ser tomados en consideración:
1) Código.
Todo grupo de símbolos contenidos en el mensaje que puedan ser estructurados de
manera que tenga algún significado para alguien.
2) Contenido. El material del mensaje que es
seleccionado por la fuente para expresar su propósito.
3) Tratamiento. Las decisiones que toma la
fuente en cuanto a la forma de emitir el mensaje; las elecciones que debe hacer
con respecto al código y al contenido, y, también, el método para emitir
adecuadamente código y contenido.
El canal
Los tres
principales significados de la palabra “canal” en la comunicación son los
siguientes: formas de codificar y decodificar mensajes; vehículos de mensajes y
medio de transporte.
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